Agustín Gordillo ha contribuido a la obra colectiva "ESTUDIOS EN HOMENAJE A DON JORGE FERNÁNDEZ RUIZ. DERECHO CONSTITUCIONAL Y POLÍTICA", libro editado recientemente por la UNAM de México (Cienfuegos Salgado, David; López Olivera, Miguel Alejandro, Coord.) con un artículo titulado "¿Puede la Corte Suprema de Justicia de la Nación restituir la seguridad jurídica al país?". El link marcado aquí remite a Infojus, donde se puede acceder al texto en formato Acrobat Reader: http://www.bibliojuridica.org/libros/4/1627/16.pdf
El artículo de Gordillo desarrolla básicamente una visión crítica del fallo "Smith". Vaya a modo de síntesis este fragmento:
“La CSJN que muchos no querían y que tanto favoreció al gobierno de Menem en cuestionables fallos, en cambio dictó los fallos correctos en San Luis y Smith (...) La CSJN que ahora “queremos más” se está equivocando en Cartellone c. Hidronor (NdR. revisión de arbitajes) y en Cabrera (NdR. acatamiento voluntario de la pesificación), pero ha cometido su peor error en Bustos. (...) Nos equivocaríamos nosotros, con un falaz argumento ad hominem, si nuestra mayor simpatía por la CSJN actual o algunos de sus miembros nos llevara a no ver fríamente estos pronunciamientos en materia de seguridad jurídica."
Mi visión: La prosa de Gordillo es siempre mordaz y muy interesante. Pero incurriría también en una falacia ad hominem si mi simpatía y respeto por este gran jurista me llevara a suscribir su opinión en este caso. Yo sigo pensando, como Boggiano, que es necesario adoptar una perspectiva de crisis o insuficiencia de capacidad de pagos de un estado nacional, que no es razonable aplicar criterios de justicia bilateral o conmutativa propios de deudores que andan en las buenas, esto es, in bonis, y que ante la insolvencia del estado soberano aquellas normas para tiempos normales deben ceder: cessante ratione cessat lex; Ubi venis necesitas cessat lex. (Desde luego, admito que el tema de la pesificación es arduo y hay contraargumentos de peso, que no puedo desarrollar acabadamente aquí.)
Una crítica puntual: Dice Gordillo que "El criterio orientador para su acción en la hora actual debe ser el mismo que orienta a la CS de Estados Unidos: no preceder al resultado del debate social, sino seguirlo una vez formado, como hiciera la nuestra en Sejean. Y no me cabe duda alguna que el consenso social condena sin ambages el disparate de las normas del infausto comienzo de 2002, con todas sus disvaliosas consecuencias sociales que son parte del novísimo modelo”.
- En primer lugar, no es verdad que la CS de los EE.UU. haya hecho "seguidismo" de la opinión pública. Muchas veces, con o sin razón, dictó fallos controversiales e impopulares, y Gordillo lo sabe (de hecho, la historia de "Brown v. Board of Education" de 1954 y la oposición de los estados a cumplir con lo ordenado por la Corte revela que no había un consenso claro sobre la integración racial en escuelas). Por otra parte, no me parece que el consenso público sea un criterio dirimente en materias de control de constitucionalidad. En todo caso, si hay una opinión del pueblo jurídicamente vinculante, ésta es la que han dado sus legisladores electos.
- ¿Es verdad que "el consenso social condena sin ambages"? Estoy de acuerdo en que resulta problemático que un dólar no valga más un peso, especialmente cuando uno ha depositado en moneda extranjera y se la devuelven en nacional devaluada. Pero hay algunas cosas que decir al respecto (aunque no creo que esto tenga relevancia, por lo que he aclarado antes). Alguien podría decir que la política económica pos-devaluación fue "plebiscitada" en la campaña presidencial de 2003, donde participó el actual ministro de economía, con los resultados que todos conocemos. Al respecto vale la pena glosar también el voto de Boggiano en "Bustos", cuando decía que la materia litigiosa versa sobre "una estructura normativa que aun siendo precaria, ha demostrado cierta capacidad de funcionamiento económico". Del mismo modo que la gente también "vota con los pies" al decidir emigrar de un país (se lo permita el gobierno o no), el "mercado" (que no es una infausta entelequia capitalista sino el agregado estadístico de miles de decisiones económicas individuales) respondió en forma marcadamente favorable en función de los pronósticos negativos que se pronunciaban en 2002. Ese año la caída del PBI fue menor de la esperada y en 2003 y 2004 hubo un crecimiento del 8 % anual.
- Los visitantes de este blog quedan invitados a postear réplicas y críticas que serán naturalmente bienvenidas; asumo modestamente que mi posición es hoy claramente minoritaria por más que sea la jurisprudencia de la CSN. En cualquier caso, vale la pena leer el artículo de Gordillo.
El artículo de Gordillo desarrolla básicamente una visión crítica del fallo "Smith". Vaya a modo de síntesis este fragmento:
“La CSJN que muchos no querían y que tanto favoreció al gobierno de Menem en cuestionables fallos, en cambio dictó los fallos correctos en San Luis y Smith (...) La CSJN que ahora “queremos más” se está equivocando en Cartellone c. Hidronor (NdR. revisión de arbitajes) y en Cabrera (NdR. acatamiento voluntario de la pesificación), pero ha cometido su peor error en Bustos. (...) Nos equivocaríamos nosotros, con un falaz argumento ad hominem, si nuestra mayor simpatía por la CSJN actual o algunos de sus miembros nos llevara a no ver fríamente estos pronunciamientos en materia de seguridad jurídica."
Mi visión: La prosa de Gordillo es siempre mordaz y muy interesante. Pero incurriría también en una falacia ad hominem si mi simpatía y respeto por este gran jurista me llevara a suscribir su opinión en este caso. Yo sigo pensando, como Boggiano, que es necesario adoptar una perspectiva de crisis o insuficiencia de capacidad de pagos de un estado nacional, que no es razonable aplicar criterios de justicia bilateral o conmutativa propios de deudores que andan en las buenas, esto es, in bonis, y que ante la insolvencia del estado soberano aquellas normas para tiempos normales deben ceder: cessante ratione cessat lex; Ubi venis necesitas cessat lex. (Desde luego, admito que el tema de la pesificación es arduo y hay contraargumentos de peso, que no puedo desarrollar acabadamente aquí.)
Una crítica puntual: Dice Gordillo que "El criterio orientador para su acción en la hora actual debe ser el mismo que orienta a la CS de Estados Unidos: no preceder al resultado del debate social, sino seguirlo una vez formado, como hiciera la nuestra en Sejean. Y no me cabe duda alguna que el consenso social condena sin ambages el disparate de las normas del infausto comienzo de 2002, con todas sus disvaliosas consecuencias sociales que son parte del novísimo modelo”.
- En primer lugar, no es verdad que la CS de los EE.UU. haya hecho "seguidismo" de la opinión pública. Muchas veces, con o sin razón, dictó fallos controversiales e impopulares, y Gordillo lo sabe (de hecho, la historia de "Brown v. Board of Education" de 1954 y la oposición de los estados a cumplir con lo ordenado por la Corte revela que no había un consenso claro sobre la integración racial en escuelas). Por otra parte, no me parece que el consenso público sea un criterio dirimente en materias de control de constitucionalidad. En todo caso, si hay una opinión del pueblo jurídicamente vinculante, ésta es la que han dado sus legisladores electos.
- ¿Es verdad que "el consenso social condena sin ambages"? Estoy de acuerdo en que resulta problemático que un dólar no valga más un peso, especialmente cuando uno ha depositado en moneda extranjera y se la devuelven en nacional devaluada. Pero hay algunas cosas que decir al respecto (aunque no creo que esto tenga relevancia, por lo que he aclarado antes). Alguien podría decir que la política económica pos-devaluación fue "plebiscitada" en la campaña presidencial de 2003, donde participó el actual ministro de economía, con los resultados que todos conocemos. Al respecto vale la pena glosar también el voto de Boggiano en "Bustos", cuando decía que la materia litigiosa versa sobre "una estructura normativa que aun siendo precaria, ha demostrado cierta capacidad de funcionamiento económico". Del mismo modo que la gente también "vota con los pies" al decidir emigrar de un país (se lo permita el gobierno o no), el "mercado" (que no es una infausta entelequia capitalista sino el agregado estadístico de miles de decisiones económicas individuales) respondió en forma marcadamente favorable en función de los pronósticos negativos que se pronunciaban en 2002. Ese año la caída del PBI fue menor de la esperada y en 2003 y 2004 hubo un crecimiento del 8 % anual.
- Los visitantes de este blog quedan invitados a postear réplicas y críticas que serán naturalmente bienvenidas; asumo modestamente que mi posición es hoy claramente minoritaria por más que sea la jurisprudencia de la CSN. En cualquier caso, vale la pena leer el artículo de Gordillo.