No damos abasto.
Mientras El Criador suspende sus posteos por falta de stock noticioso político -añora, con razón, aquellos tiempos del espíritu del Molino y programas grondonianos de rating de dos dígitos-, mientras Rollo divaga sobre votaciones decimonónicas y teoriza sobre las causas profundas del “póker de nueves” (cuatro años de crecimiento económico al 9% anual) en lugar de preguntarse por noticias bombas, el valor del dólar de mañana o el haircut para bonistas, nosotros recibimos un diario -cualquiera- y verificamos que toda, toda,la realidad está llena de títulos con temas jurídicos.
Ejemplos (todos de hoy): Clarín 1, "Se constituyó la Comisión Bicameral para controlar los Decretos de Necesidad y urgencia" (tema tocado aquí); La Nación, "Pedirán a Telerman que Callejeros vuelva a tocar" (tema tocado aquí); Clarín 2, "El gobernador Solá se presenta hoy a la Justicia para lograr la reelección" (tema tocado aquí); Clarín 3, "Una moza fue a la Justicia para evitar pedirle a los clientes que no fumen" (derivado de la Ley Antitabaco, tratada aquí).
Y, por supuesto, la tapa de los diarios de ayer, la lectura del veredicto en el juicio a "la banda" de los secuestradores de Axel Blumberg.
(Entre paréntesis: después dicen que hay demasiados alumnos en abogacía, y que el país no necesita tantos abogados. Insisto, no damos abasto, y eso que estratégicamente omitimos -en el blog- cosas como la supuesta intención de reformar la Constitución Nacional, noticia de un mes atrás, y un montón de proyectos legislativos que se tiran como globos de ensayo. Claro que la otra forma de interpretarlo es decir que, como de hecho hay muchos, la oferta genera su propia demanda.)
Por eso no vamos a comentar el "fallo de mierda" (dicen que tendría ¡900! páginas, pero eso lo sabremos cuando se lean los fundamentos, dentro de un mes), ni hacer análisis criminológico sobre las reformas penales propuestas por el Ingeniero Blumberg -ya dijimos algo en este post post-marcha- sino decir sólo dos o tres cosas:
1. Señores de la media: El preso no va a llevar cadenas, sólo se lo encierra en una carcel, "sana y limpia", según la constitución de 1853. Por eso no existe en el derecho argentino la pena de "cadena perpetua". Es prisión (o, como en este caso) reclusión perpetua. ¿Entienden? Me cansé de oírlo en la radio, y aunque los principales diarios evitaron esa gaffe en sus titulares, lo ponen incluso los señores de la BBC, tan seriotes ellos.
2. Los menores llevados a juicio no podían ser condenados a prisión perpetua. La razón: el fallo "Maldonado" de la Corte Suprema, del año pasado, que comentamos aquí, donde se dijo que en esos casos "la reacción punitiva estatal debe ser inferior que la que correspondería, a igualdad de circunstancias, respecto de un adulto".
3. Es demencial reclamar que un partícipe o encubridor tenga la misma pena que los "autores". Creo que cualquiera puede entender que una cosa es un cabecilla asesino y otra el que le compró un celular para que éste use en sus andanzas. Establecer niveles de responsabilidad es central en cualquier sistema de justicia, que requiere proporcionalidad en la pena y no el automatismo ciego de la imputación por el resultado a todos los que hubieran actuado de algún modo en un hecho.
Mientras El Criador suspende sus posteos por falta de stock noticioso político -añora, con razón, aquellos tiempos del espíritu del Molino y programas grondonianos de rating de dos dígitos-, mientras Rollo divaga sobre votaciones decimonónicas y teoriza sobre las causas profundas del “póker de nueves” (cuatro años de crecimiento económico al 9% anual) en lugar de preguntarse por noticias bombas, el valor del dólar de mañana o el haircut para bonistas, nosotros recibimos un diario -cualquiera- y verificamos que toda, toda,la realidad está llena de títulos con temas jurídicos.
Ejemplos (todos de hoy): Clarín 1, "Se constituyó la Comisión Bicameral para controlar los Decretos de Necesidad y urgencia" (tema tocado aquí); La Nación, "Pedirán a Telerman que Callejeros vuelva a tocar" (tema tocado aquí); Clarín 2, "El gobernador Solá se presenta hoy a la Justicia para lograr la reelección" (tema tocado aquí); Clarín 3, "Una moza fue a la Justicia para evitar pedirle a los clientes que no fumen" (derivado de la Ley Antitabaco, tratada aquí).
Y, por supuesto, la tapa de los diarios de ayer, la lectura del veredicto en el juicio a "la banda" de los secuestradores de Axel Blumberg.
(Entre paréntesis: después dicen que hay demasiados alumnos en abogacía, y que el país no necesita tantos abogados. Insisto, no damos abasto, y eso que estratégicamente omitimos -en el blog- cosas como la supuesta intención de reformar la Constitución Nacional, noticia de un mes atrás, y un montón de proyectos legislativos que se tiran como globos de ensayo. Claro que la otra forma de interpretarlo es decir que, como de hecho hay muchos, la oferta genera su propia demanda.)
Por eso no vamos a comentar el "fallo de mierda" (dicen que tendría ¡900! páginas, pero eso lo sabremos cuando se lean los fundamentos, dentro de un mes), ni hacer análisis criminológico sobre las reformas penales propuestas por el Ingeniero Blumberg -ya dijimos algo en este post post-marcha- sino decir sólo dos o tres cosas:
1. Señores de la media: El preso no va a llevar cadenas, sólo se lo encierra en una carcel, "sana y limpia", según la constitución de 1853. Por eso no existe en el derecho argentino la pena de "cadena perpetua". Es prisión (o, como en este caso) reclusión perpetua. ¿Entienden? Me cansé de oírlo en la radio, y aunque los principales diarios evitaron esa gaffe en sus titulares, lo ponen incluso los señores de la BBC, tan seriotes ellos.
2. Los menores llevados a juicio no podían ser condenados a prisión perpetua. La razón: el fallo "Maldonado" de la Corte Suprema, del año pasado, que comentamos aquí, donde se dijo que en esos casos "la reacción punitiva estatal debe ser inferior que la que correspondería, a igualdad de circunstancias, respecto de un adulto".
3. Es demencial reclamar que un partícipe o encubridor tenga la misma pena que los "autores". Creo que cualquiera puede entender que una cosa es un cabecilla asesino y otra el que le compró un celular para que éste use en sus andanzas. Establecer niveles de responsabilidad es central en cualquier sistema de justicia, que requiere proporcionalidad en la pena y no el automatismo ciego de la imputación por el resultado a todos los que hubieran actuado de algún modo en un hecho.