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Vía La Barbarie me entero de lo que publica hoy "Ámbito Financiero": Juan Carlos Blumberg no sería ingeniero.
La figura penal aplicable sería la del art. 247 CP in fine, que pena con multa de $ 750 a $ 12.500 el "arrogarse" grados académicos, títulos profesionales, u honores. (*)
Ergo, es un delito que sólo puede ser cometido por el mismo sujeto.
Pero hay "títulos" ambiguos. Hace tiempo un comentarista amenazó con demandarme por usurpación porque yo pongo que soy profesor y no tengo "título docente". Pero yo soy profesor porque fui designado por resolución de la UNLPam, como docente regular adjunto, a cargo de una cátedra de grado, en una Universidad Nacional, con concurso y jurado ad hoc, etc. Estos trámites no son consustanciales, ya que alguien podría decir que es profesor porque tiene a su cargo un seminario de cuatro clases en una universidad privada, pero allí hay también una designación orgánica en una institución educativa. Finalmente, alguien podría ser "profesor" por otra razón: porque obtuvo un título cartón, de capacitación docente, aunque en realidad no haya estado nunca al frente de una clase. Son títulos distintos que habilitarían el uso del prefijo "Prof.". No sería el caso, empero, de aquel letrado que toma alumnos particulares en su casa, a los que enseña trucos del oficio o tesis de filosofía jurídica.
En cuanto a la profesión, yo trato de ser cuidadoso y verán al costado que no pongo "Doctor" pues no tengo aprobado un doctorado. Sólo en los sellos de goma sigo la tradición: anteponer el prefijo "Dr.". Aunque capaz que lo cambie en el futuro, se trata de algo que está validado por consuetudo, y la propia Corte Suprema, en donde no todos son doctores, da ese tratamiento a sus ministros. He oído que existe una acordada de la CSN que habilita el tratamiento de "doctor" a cualquier abogado, aunque no la conozco, y agradecería si alguien tiene datos al respecto. Igual, error communis facit ius.
También en esta lógica de derecho consuetudinario hay casos de transferencia medio vidriosos, como el de los veterinarios que se autodenominan "doctores".
Volviendo al caso Blumberg ...
La primera línea de defensa, como intentó hacerlo Telerman, podría ser que él mismo nunca usó ese título, que fueron otros, sus asistentes, interlocutores, etc.. Hemos visto que al respecto el "ingeniero" nunca ha dicho que estudió la carrera en la Universidad, y sus declaraciones han sido afirmaciones del tipo "estoy pensando como ingeniero, no soy un improvisado".Tarea para la gente de TVR y afines. Update: parece que según lo que twitea Darío Gallo, Noticias publicará mañana una tarjeta de presentación que Blumberg repartía, incluyendo su título. Update 2: Con lo que sabemos al 17/6, ya a esta altura queda claro que en sus tarjetas, declaraciones radiales y hasta judiciales, Blumberg se presentaba él mismo como ingeniero. Línea descartada.
Una segunda línea de defensa, subsidiaria, sería la de apuntar que el de "ingeniero" es un título ambiguo, pues es un género que cubre muchas disciplinas ingenieriles: genética, aeronáutica, civil, de sistemas, militar.Creo que incluso Álvaro Alsogaray era llamado "ingeniero" no por haber obtenido ese título en la Avenida Paseo Colón, sino por ser capitán del Cuerpo de Ingeniería del Ejército (criterio con el cual, si hubiera revistado en el cuerpo de Caballería, se lo podría haber llamado "Caballero Alsogaray"). [update del 18/6. Maria Rosa nos corrige en los comments aclarándonos que Alsogaray sí era ingeniero, y que obtuvo el título en la Universidad de Córdoba; a sus dichos me remito].
En este aspecto, se dice en "Ámbito" que
Sabemos que en términos de impacto en imagen, el daño ya está hecho con la denuncia, y no creo que este tema nunca llegue a tribunales.
Si ese fuera el caso, habría que ver qué dice ese documento. No basta con que alguien tenga capacitación en ingeniería, pero lo cierto es que el concepto mismo (algo burgués) de "título profesional" en el que pensaba el legislador del siglo pasado parece haberse diluido en la actualidad, por la proliferación de la oferta académica y de capacitación profesional en forma de pregrados, posgrados, certificaciones y diplomas de muy variopinto origen y símil nominación. El caso termina siendo serio candidato a resolverse con la teoría del error de derecho extrapenal, incluso un error de derecho culturalmente condicionado (probando, por caso, que en el mundillo textil se tiene por uso y costumbre el llamarse ingeniero cuando uno tiene tal certificación marca ACME). No estoy siendo irónico.
En ese orden de ideas, nosotros seguiríamos atados a los principios que pregonamos: le aplicaríamos a tal imputación (y a Blumberg) el in dubio pro reo.
(*)
Del update de las nueve - Claro que hay para Blumberg una opción más fácil que da nuestro Código Penal garantista: conforme al art. 64, en delitos reprimidos únicamente con multa, el pago del mínimo legal extingue la acción penal. (Esto se reformó cuando se incluyó la famosa "probation" en 1994; hasta entonces, el art. 64 obligaba a pagar el máximo de la escala de multa en cuestión). Así lo hizo Telerman, pagó 750 pesos y se cerró la causa, sin pronunciamiento condenatorio.
Del update del domingo - Explicación de JCB en La Nación: "uno está acostumbrado a que le digan así y entonces no lo aclara". Pero asume que hizo tarjetas con el "Ing.".
Link
- El campeón mundial en títulos y honores es el ex juez de la Corte Antonio Boggiano. Vean su página, donde se identifica como Prof. Dr. Cav. Gr. Cr. Antonio Boggiano.
Vía La Barbarie me entero de lo que publica hoy "Ámbito Financiero": Juan Carlos Blumberg no sería ingeniero.
La figura penal aplicable sería la del art. 247 CP in fine, que pena con multa de $ 750 a $ 12.500 el "arrogarse" grados académicos, títulos profesionales, u honores. (*)
Ergo, es un delito que sólo puede ser cometido por el mismo sujeto.
- No hay punición si a mí me llaman "ingeniero" y yo me dejo llamar así.
- Por su parte, no es delito si yo llamo "ingeniero" a un tercero aunque yo sepa que no es así.
- Esto deja un amplio margen para la defensa en sede penal, porque si soy acusado tienen que probarme que fui yo el que me atribuí públicamente el título.
- La defensa también contempla la exculpación obvia ante contextos donde es evidente que no hay intención de atribuirse seriamente el título, como sería el caso del púgil Eduardo "Cirujano" Morales, ostentando tal "título" en su bata.
- Claro que no vale todo. En primer lugar, es irrelevante que yo pretenda alegar mi análoga idoneidad (p.ej., que sé tanto o más de medicina que un egresado de la facultad). En segundo lugar, es irrelevante que yo no haya obtenido beneficios concretos de la acción: se trata de un delito de mera actividad.
Pero hay "títulos" ambiguos. Hace tiempo un comentarista amenazó con demandarme por usurpación porque yo pongo que soy profesor y no tengo "título docente". Pero yo soy profesor porque fui designado por resolución de la UNLPam, como docente regular adjunto, a cargo de una cátedra de grado, en una Universidad Nacional, con concurso y jurado ad hoc, etc. Estos trámites no son consustanciales, ya que alguien podría decir que es profesor porque tiene a su cargo un seminario de cuatro clases en una universidad privada, pero allí hay también una designación orgánica en una institución educativa. Finalmente, alguien podría ser "profesor" por otra razón: porque obtuvo un título cartón, de capacitación docente, aunque en realidad no haya estado nunca al frente de una clase. Son títulos distintos que habilitarían el uso del prefijo "Prof.". No sería el caso, empero, de aquel letrado que toma alumnos particulares en su casa, a los que enseña trucos del oficio o tesis de filosofía jurídica.
En cuanto a la profesión, yo trato de ser cuidadoso y verán al costado que no pongo "Doctor" pues no tengo aprobado un doctorado. Sólo en los sellos de goma sigo la tradición: anteponer el prefijo "Dr.". Aunque capaz que lo cambie en el futuro, se trata de algo que está validado por consuetudo, y la propia Corte Suprema, en donde no todos son doctores, da ese tratamiento a sus ministros. He oído que existe una acordada de la CSN que habilita el tratamiento de "doctor" a cualquier abogado, aunque no la conozco, y agradecería si alguien tiene datos al respecto. Igual, error communis facit ius.
También en esta lógica de derecho consuetudinario hay casos de transferencia medio vidriosos, como el de los veterinarios que se autodenominan "doctores".
Volviendo al caso Blumberg ...
La primera línea de defensa, como intentó hacerlo Telerman, podría ser que él mismo nunca usó ese título, que fueron otros, sus asistentes, interlocutores, etc.. Hemos visto que al respecto el "ingeniero" nunca ha dicho que estudió la carrera en la Universidad, y sus declaraciones han sido afirmaciones del tipo "estoy pensando como ingeniero, no soy un improvisado".
Una segunda línea de defensa, subsidiaria, sería la de apuntar que el de "ingeniero" es un título ambiguo, pues es un género que cubre muchas disciplinas ingenieriles: genética, aeronáutica, civil, de sistemas, militar.
En este aspecto, se dice en "Ámbito" que
Como respuesta a ese ataque, Blumberg siempre lleva en una carpeta un documento en alemán -en verdad, una suerte de habilitación para ejercer labores en las fábricas- que parecía acreditarlo como ingeniero.
Sabemos que en términos de impacto en imagen, el daño ya está hecho con la denuncia, y no creo que este tema nunca llegue a tribunales.
Si ese fuera el caso, habría que ver qué dice ese documento. No basta con que alguien tenga capacitación en ingeniería, pero lo cierto es que el concepto mismo (algo burgués) de "título profesional" en el que pensaba el legislador del siglo pasado parece haberse diluido en la actualidad, por la proliferación de la oferta académica y de capacitación profesional en forma de pregrados, posgrados, certificaciones y diplomas de muy variopinto origen y símil nominación. El caso termina siendo serio candidato a resolverse con la teoría del error de derecho extrapenal, incluso un error de derecho culturalmente condicionado (probando, por caso, que en el mundillo textil se tiene por uso y costumbre el llamarse ingeniero cuando uno tiene tal certificación marca ACME). No estoy siendo irónico.
En ese orden de ideas, nosotros seguiríamos atados a los principios que pregonamos: le aplicaríamos a tal imputación (y a Blumberg) el in dubio pro reo.
(*)
Del update de las nueve - Claro que hay para Blumberg una opción más fácil que da nuestro Código Penal garantista: conforme al art. 64, en delitos reprimidos únicamente con multa, el pago del mínimo legal extingue la acción penal. (Esto se reformó cuando se incluyó la famosa "probation" en 1994; hasta entonces, el art. 64 obligaba a pagar el máximo de la escala de multa en cuestión). Así lo hizo Telerman, pagó 750 pesos y se cerró la causa, sin pronunciamiento condenatorio.
Del update del domingo - Explicación de JCB en La Nación: "uno está acostumbrado a que le digan así y entonces no lo aclara". Pero asume que hizo tarjetas con el "Ing.".
Link
- El campeón mundial en títulos y honores es el ex juez de la Corte Antonio Boggiano. Vean su página, donde se identifica como Prof. Dr. Cav. Gr. Cr. Antonio Boggiano.