Me surgió la duda de ver las elecciones presidenciales ocurridas desde 1983, ordenándolas por número absoluto de votos. Obtuve los datos del estupendo atlas electoral de Andy Tow y me quedó este ranking.
(*) En el puesto 3 he tomado los números del escrutinio provisorio a hora 22 de hoy, con un 96 % de mesas escrutadas. Si proyectáramos el resto nos quedaría muy cerquita del 2º puesto, con 8 millones y medio de votos. Allí, como en todos los datos, el porcentaje se calcula sobre el total de votantes, por eso queda en 2007 el 42,17 % y no el 44,91 % que se informa cuando se excluyen blancos y anulados.
Algunas observaciones:
- El perdedor más votado: Duhalde en el 99.
- El "ganador" con menor número de votos está fuera del top ten: es Kirchner en el 2003, # 11 en la lista. Sabemos la razón de las comillas: fue presidente por walkover ya que Menem no se presentó a la segunda vuelta ante la perspectiva cierta de una derrota abrumadora en el ballotage. En la primera vuelta, Kirchner obtuvo 4.312.517 votos, con el 22,24 %. Dicho sea de paso, ese número de sufragios es, suponemos, casi idéntico al que sumará Carrió una vez que se cuenten todas las mesas (el dato que captamos del escrutinio provisorio le daba 4.189.057).
- El más votado en términos porcentuales: Alfonsín en el 83. Único que superó la barrera del 50 %.
- El triunfo por mayor margen fue el de ayer: si no hay sesgo en el 4 % que queda sin escrutar la fórmula CFK - Cobos ganará por un poquito más de 4 millones de votos, casi 22 puntos porcentuales. El segundo puesto en "ventajas" es Menem 95 a Bordón, con 3.59M más; el tercero es Menem 89 a Angeloz ganándole por 2.81M más.
Bonus track: el ballotage a la Argentina o la "fórmula García Lema"
Muchos periodistas y oyentes de radio se han quejado ayer -extemporáneamente, digamos- de que el ballotage es "impuro", que la cláusula de la Constitución "está pensada para que no haya ballotage", etc.
Hay dos observaciones para hacer al respecto.
Primero, que no hay un derecho humano o constitucional a que el presidente sea elegido por más del 50 %. Son pocas las provincias que tienen ballotage, la mayoría elige a sus gobernadores por simple mayoría. Lo mismo ocurre en el derecho comparado.
La cláusula de la Constitución 1994 (dicen que pergeñada por Alberto García Lema) que dispensa del ballotage si el ganador supera el 45 %, o bien si obtiene el 40 % y gana por más de diez puntos, nos parece razonable. El ballotage es pertinente cuando no hay una diferencia clara entre el primero y el segundo (cláusula del 10 % +), o bien cuando se da un voto muy fragmentado (caso de un ganador con menos de 40 %) .
Lo segundo es que no está claro que el ballotage sea una buena cosa: hace que un gobierno cuente con un amplio respaldo y consenso, sí, pero ese consenso puede terminar siendo artificial e inducido por el sistema electoral. El experimento de la Ciudad Autónoma nos muestra que no asegura la supuesta "gobernabilidad" que se le atribuye como efecto positivo. (Téngase en cuenta además que en las elecciones se eligen también diputados en la primera vuelta: entonces, cuando en el ballotage gana el que antes había quedado segundo, es casi inevitable que gobierne con una legislatura donde la mayoría queda en manos de la oposición, como ocurrió en la elección Ibarra vs. Macri en 2003).
1 | 1999 | De la Rua - Alvarez | 9.167.261 | 48,37% |
2 | 1995 | Menem - Ruckauf | 8.687.319 | 49,94% |
3 | 2007 | Fernández de Kirchner - Cobos | 8.197.576 | 42,17% |
4 | 1989 | Menem - Duhalde | 7.953.301 | 47,49% |
5 | 1983 | Alfonsin - Martinez | 7.724.559 | 51,75% |
6 | 1999 | Duhalde - Ortega | 7.253.909 | 38,27% |
7 | 1983 | Luder - Bittel | 5.995.402 | 40,16% |
8 | 1989 | Angeloz - Casella | 5.433.369 | 32,45% |
9 | 1995 | Bordon - Alvarez | 5.095.929 | 29,30% |
10 | 2003 | Menem - Romero | 4.740.907 | 24,45% |
(*) En el puesto 3 he tomado los números del escrutinio provisorio a hora 22 de hoy, con un 96 % de mesas escrutadas. Si proyectáramos el resto nos quedaría muy cerquita del 2º puesto, con 8 millones y medio de votos. Allí, como en todos los datos, el porcentaje se calcula sobre el total de votantes, por eso queda en 2007 el 42,17 % y no el 44,91 % que se informa cuando se excluyen blancos y anulados.
Algunas observaciones:
- El perdedor más votado: Duhalde en el 99.
- El "ganador" con menor número de votos está fuera del top ten: es Kirchner en el 2003, # 11 en la lista. Sabemos la razón de las comillas: fue presidente por walkover ya que Menem no se presentó a la segunda vuelta ante la perspectiva cierta de una derrota abrumadora en el ballotage. En la primera vuelta, Kirchner obtuvo 4.312.517 votos, con el 22,24 %. Dicho sea de paso, ese número de sufragios es, suponemos, casi idéntico al que sumará Carrió una vez que se cuenten todas las mesas (el dato que captamos del escrutinio provisorio le daba 4.189.057).
- El más votado en términos porcentuales: Alfonsín en el 83. Único que superó la barrera del 50 %.
- El triunfo por mayor margen fue el de ayer: si no hay sesgo en el 4 % que queda sin escrutar la fórmula CFK - Cobos ganará por un poquito más de 4 millones de votos, casi 22 puntos porcentuales. El segundo puesto en "ventajas" es Menem 95 a Bordón, con 3.59M más; el tercero es Menem 89 a Angeloz ganándole por 2.81M más.
Bonus track: el ballotage a la Argentina o la "fórmula García Lema"
Muchos periodistas y oyentes de radio se han quejado ayer -extemporáneamente, digamos- de que el ballotage es "impuro", que la cláusula de la Constitución "está pensada para que no haya ballotage", etc.
Hay dos observaciones para hacer al respecto.
Primero, que no hay un derecho humano o constitucional a que el presidente sea elegido por más del 50 %. Son pocas las provincias que tienen ballotage, la mayoría elige a sus gobernadores por simple mayoría. Lo mismo ocurre en el derecho comparado.
La cláusula de la Constitución 1994 (dicen que pergeñada por Alberto García Lema) que dispensa del ballotage si el ganador supera el 45 %, o bien si obtiene el 40 % y gana por más de diez puntos, nos parece razonable. El ballotage es pertinente cuando no hay una diferencia clara entre el primero y el segundo (cláusula del 10 % +), o bien cuando se da un voto muy fragmentado (caso de un ganador con menos de 40 %) .
Lo segundo es que no está claro que el ballotage sea una buena cosa: hace que un gobierno cuente con un amplio respaldo y consenso, sí, pero ese consenso puede terminar siendo artificial e inducido por el sistema electoral. El experimento de la Ciudad Autónoma nos muestra que no asegura la supuesta "gobernabilidad" que se le atribuye como efecto positivo. (Téngase en cuenta además que en las elecciones se eligen también diputados en la primera vuelta: entonces, cuando en el ballotage gana el que antes había quedado segundo, es casi inevitable que gobierne con una legislatura donde la mayoría queda en manos de la oposición, como ocurrió en la elección Ibarra vs. Macri en 2003).