La lista que sigue contiene una descripción breve de todos los homicidios dolosos ocurridos en el último año en Odense (160.000 hab.), la mayor de las ciudades de la Isla de Funen, la tercera ciudad más populosa de Dinamarca, el pago chico de Hans Christian Andersen y de Caroline Wozniacki.
Léanla con atención para analizar la cantidad y el tenor de los hechos.
----------
1 * T. murió el 28 de noviembre de 2009, a las tres de la mañana. Se supone que se había trepado al techo de la casa de un vecino del barrio con la intención de hurtarle unos pájaros o jaulas que tenía en el patio. Aparentemente, el propietario se asustó y tiró con una pistola calibre 22, desde una ventana a medio abrir, en forma oblicua y hacia arriba, de acuerdo a lo determinado por las pericias. La víctima tenía 13 años y el balazo que recibió, entre el pecho y el abdomen, le causó la muerte instantánea.
2 * Z. murió el 22 de abril de 2010. Tres días antes había recibido un disparo en la espalda. El acusado del homicidio habría salido en defensa de su hermana, ex pareja de Z., a quien -según versiones que menciona la prensa - este le pegaba y maltrataba. El hecho se produjo a las siete de la mañana, luego de una pelea a golpes, enfrente de la casa donde vivía la mujer.
----------
No, mentira.
La lista contiene todos los homicidios dolosos ocurridos en el último año en Santa Rosa, La Pampa, con población similar a la de Odense.
1,
Entonces vamos a la búsqueda de un secreto de la “tasa danesa” de criminalidad homicida. Repasemos primero las “recetas” más conocidas: reformas penales, procesales, judiciales, policiales. Reformas sociales, políticas de mano dura, tolerancia cero. Control de armas, tal vez. Alguna de esas variables nos debería “explicar” el “caso Santa Rosa”.
Y no.
Tenemos el mismo código penal, administrado por un código procesal estándar y muy parecido al de casi todas las provincias del país. Las estructuras judiciales y policiales no deben acusar grandes diferencias. Los indicadores sociales de Santa Rosa no disimulan su estirpe latinoamericana, ergo no son a priori decisivamente superiores o mejores que los del promedio del país. No se aplicaron políticas de mano dura ni de tolerancia cero. La prisionización es baja. Hay mucho vandalismo, mucha ventana rota, incluso autos quemados (creo que una docena en el último mes). La gente, como lo demuestran estos dos desgraciados episodios, tiene un montón de armas en sus casas, de modo que tampoco es un caso de éxito de la política del “control de armas”.
Aún más: no hay un “caso Santa Rosa”, uno arriesgaría que los casos Santa Rosa son la regla y no la excepción en el interior del país.
2,
Los dos homicidios registrados en SRLP fueron fatalidades. Si mi lista (hecha de memoria) está bien, entonces no existió en el último año ningún homicidio donde se pueda imputar a un “delincuente” hecho y derecho: cruzamos los dedos, pero bajo ese rubro, el número de homicidios no podría ser menor, porque fue cero.
Lo primero: hay que señalar que la agenda de inseguridad intolerable a là Colombia es, en lo que a medio país concierne, una ficción. Y sin embargo, cala hondo. En Santa Rosa la gente prende la tele, ve TN, escucha Continental, y tiene miedo como Majul. Y tanto miedo tiene que a veces, como en el primer caso, tira primero, por las dudas.
Lo segundo: toda agenda legislativa o judicial que se monte sobre esa falsa agenda mediática nos lleva para el lado de los tomates.
3,
Podría seguir largamente este post, con más hipótesis “crimonológicas” y muchos matices. Pero creo que la idea se entiende, y dejo el espacio para lo demás en los comments.
***
Lnks
- La teoría de las ventanas rotas, o la criminología fast food.
- Algunos datos duros sobre inseguridad. Un post del año pasado, con una serie histórica nacional larga larga y desglose por tipos de delito.
- Lista de países ordenados por tasa de homicidios dolosos. El promedio en Argentina es 5 homicidios por año (tasa c/ 100.000 habitantes).
- El tema de la inseguridad, chamuyo top. Hipótesis planteada por Elémaco: explicar la sensación de inseguridad a través del índice de delitos por kilómetro cuadrado (con resultados obviamente muy diferentes al usual método “c/ 100.000 habs” en el caso de lugares densamente poblados).