Lean esto y deténganse a pensar cada vez que vean un §.
¿Está bien o mal?
Gramaticalmente no tiene errores. Pero es un masacote y la oración es muy larga, claro. Podría escribirse de otro modo. Veamos.
Lo que queda mucho más parecido a una oración que uno puede leer en voz alta sin asfixiarse. Entonces podemos seguir con otras cosas de la primera versión que no son tan esenciales pero que nos parecen a primera vista importantes.
Y terminar con una frase final amable y politicamente correcta.
La segunda versión, si bien se mira, es mucho más amigable a la lectura que la primera, y tiene la ventaja de estar ordenada en párrafos. Su legibilidad es 100 % mejor. También ocurre que es más larga.
¿Se nos ocurre alguna forma de mejorarla?
Cuando hago esta pregunta, muchos apuntan a buscar algo todavía más largo: detallar las deficiencias, explicar en la carta la forma específica en que ello afectaría intereses individuales o colectivos. Alguien muy prolijito buscará hacer "acápites" en mayúsculas previos a cada párrafo. Alguien muy preocupado buscará acompañar fotocopias que acreditan pagos del consorcio. Algunos hasta saldrían a buscar jurisprudencia en La Ley Online.
Rara vez alguien piensa en una reforma radical, como esta:
Y punto. Eso era todo, todo, lo que había que decir. El resto era (mala) literatura.
Me gusta este ejemplo de las tres cartas porque no es una sentencia y porque los judiciales podemos verlo sin sentirnos directamente interpelados, atacados, desde el principio. Pero ahora vayan a un fallo (o a un escrito judicial) y van a ver la enorme dosis de tijera que resistiría. La cantidad de tiempo que se va en un foreplay inoficioso. El laberinto de aclaraciones, prolegómenos y cosas que no vienen al caso. Van a ver que escribimos cosas como la primera versión o la segunda (en el mejor de los casos), y rara vez optamos por la tercera.
No vamos acá a levantar acusaciones porque no estamos exentos de haber incurrido en lo mismo que criticamos, y porque sabemos que el sistema que nos educa y nos incentiva suele presuponer que el binomio de extensión del texto más dificultad de comprensión equivale a sofisticación, lucidez y solvencia, y debe ser por ello maximizado.
Del relator a los jueces concurrentes, en el ciclo de vida de un proyecto de sentencia, muchas plumas van dando nuevas versiones del texto en los que se sacan veinte palabras y se meten doscientas. Nadie tiene el "poder" de controlar la versión final y a todos les parece mejor sumar, que lo que abunda no daña. Así salen muchas veces mamotretos redundantes y potencialmente incoherentes.
Desde hace varios años paso demasiado tiempo leyendo fallos. La acumulación de horas de lectura nos da trucos inconscientes de lectura ultraveloz en el "género" jurisprudencia, pero nos lleva a "absorber" y naturalizar el estilo forense, y eso es un riesgo. Así como en trabajos insalubres el empleador estaba obligado a pagarte un litro de leche (?), nostros tenemos que tratar de compensar esto con algún tipo de lectura ajena al palo. Sugerimos que lo hagan para mantener la salubridad de la prosa.
El primer y tercer ejemplo de carta está tomado del gran librito de Marcelo Di Marco y Nomi Pendzki, Atreverse a Corregir (textos y secretos del texto bien escrito), Sudamericana, 2009 (es un libro que trata sobre textos literarios, pero que puede aplicarse a otras prosas en mucho de lo que dice). La segunda "correción" y lo Cromwell en Buckingham es mío y si van a comentar, por favor no me digan que es un anacronismo.
Sres. Miembros del Consejo de Administración
Edificio de Buckingham
De mi mayor estima:
Con motivo de haber observado diversas deficiencias u omisiones en lo que hace al gobierno y administración de nuestro consorcio; teniendo en cuenta que dichas deficiencias u omisiones afectan la imagen de ese Consejo de Administración, cuyo esfuerzo por trabajar por los intereses del conjunto debe ser reconocido; y que, asimismo, aquellas gravitan o podrían gravitar negativamente en el corto o mediano plazo sobre los intereses económicos y en algunos casos sobre el orden que debe regular la buena armonía y convivencia de todo consorcio; y finalmente, a fin de llegar a tiempo con las correcciones que a mi juicio se imponen en estas circunstancias, solicito que ese Consejo gestione ante el señor Administrador la convocatoria a una asamblea extraordinaria en orden a los artículos 17 y 23 del Reglamento de Copropiedad y Administración.
Atentamente,
Oliverio Cromwell
¿Está bien o mal?
§
Gramaticalmente no tiene errores. Pero es un masacote y la oración es muy larga, claro. Podría escribirse de otro modo. Veamos.
Sres. Miembros del Consejo de AdministraciónLo esencial quedó en el primer parrafo. La ventaja es que esto logra la deseable estructura de pirámide invertida: lo más importante, primero y adelante. Pero todavía sigue siendo un poco larga. Entonces tal vez convenga tachar más cosas. No es bueno un doble gerundio ("habiendo" y "teniendo"). Simplifiquemos.
Edificio de Buckingham
De mi mayor estima:
Con motivo de haberHabiendo observado diversas deficiencias u omisiones en lo que hace al gobierno y administración de nuestro consorcio y teniendo en cuenta que dichas deficiencias u omisiones afectan la imagen de ese Consejo de Administración, solicito que por su intermedio se gestione ante el señor Administrador la convocatoria a una asamblea extraordinaria en orden a los artículos 17 y 23 del Reglamento de Copropiedad y Administración.
Habiendo observado diversas deficiencias u omisiones en lo que hace al gobierno y administración de nuestro consorcioy teniendo en cuenta que dichas deficiencias u omisiones afectan la imagen de ese Consejo de Administración, solicito que por su intermedio se gestione ante el señor Administrador la convocatoria a una asamblea extraordinaria en orden a los artículos 17 y 23 del Reglamento de Copropiedad y Administración.
Lo que queda mucho más parecido a una oración que uno puede leer en voz alta sin asfixiarse. Entonces podemos seguir con otras cosas de la primera versión que no son tan esenciales pero que nos parecen a primera vista importantes.
Esta convocatoria resulta necesaria a fin de llegar a tiempo con las correcciones que a mi juicio se imponen en estas circunstancias, las que gravitan o podrían gravitar negativamenteen el corto o mediano plazosobre los intereses económicos y en algunos casos sobre el orden que debe regular la buena armonía y convivencia de todo consorcio.
Y terminar con una frase final amable y politicamente correcta.
Valorando y reconociendo siempre el esfuerzo de ese Consejo de Administración por trabajar por los intereses del conjunto, los saludo atentamente y espero que ese cuerpo dispense curso favorable a mi petición.
Oliverio Cromwell
La segunda versión
¿Se nos ocurre alguna forma de mejorarla?
Cuando hago esta pregunta, muchos apuntan a buscar algo todavía más largo: detallar las deficiencias, explicar en la carta la forma específica en que ello afectaría intereses individuales o colectivos. Alguien muy prolijito buscará hacer "acápites" en mayúsculas previos a cada párrafo. Alguien muy preocupado buscará acompañar fotocopias que acreditan pagos del consorcio. Algunos hasta saldrían a buscar jurisprudencia en La Ley Online.
Rara vez alguien piensa en una reforma radical, como esta:
Sres. Miembros del Consejo de Administración
Edificio de Buckingham
Debido a deficiencias en la Administración de nuestro consorcio, solicito la convocatoria a una asamblea extraordinaria en orden a los artículos 17 y 23 del Reglamento de Copropiedad y Administración.
Atentamente,
Oliverio Cromwell
Y punto. Eso era todo, todo, lo que había que decir. El resto era (mala) literatura.
§
Me gusta este ejemplo de las tres cartas porque no es una sentencia y porque los judiciales podemos verlo sin sentirnos directamente interpelados, atacados, desde el principio. Pero ahora vayan a un fallo (o a un escrito judicial) y van a ver la enorme dosis de tijera que resistiría. La cantidad de tiempo que se va en un foreplay inoficioso. El laberinto de aclaraciones, prolegómenos y cosas que no vienen al caso. Van a ver que escribimos cosas como la primera versión o la segunda (en el mejor de los casos), y rara vez optamos por la tercera.
§
No vamos acá a levantar acusaciones porque no estamos exentos de haber incurrido en lo mismo que criticamos, y porque sabemos que el sistema que nos educa y nos incentiva suele presuponer que el binomio de extensión del texto más dificultad de comprensión equivale a sofisticación, lucidez y solvencia, y debe ser por ello maximizado.
§
Del relator a los jueces concurrentes, en el ciclo de vida de un proyecto de sentencia, muchas plumas van dando nuevas versiones del texto en los que se sacan veinte palabras y se meten doscientas. Nadie tiene el "poder" de controlar la versión final y a todos les parece mejor sumar, que lo que abunda no daña. Así salen muchas veces mamotretos redundantes y potencialmente incoherentes.
§
Desde hace varios años paso demasiado tiempo leyendo fallos. La acumulación de horas de lectura nos da trucos inconscientes de lectura ultraveloz en el "género" jurisprudencia, pero nos lleva a "absorber" y naturalizar el estilo forense, y eso es un riesgo. Así como en trabajos insalubres el empleador estaba obligado a pagarte un litro de leche (?), nostros tenemos que tratar de compensar esto con algún tipo de lectura ajena al palo. Sugerimos que lo hagan para mantener la salubridad de la prosa.
§
El primer y tercer ejemplo de carta está tomado del gran librito de Marcelo Di Marco y Nomi Pendzki, Atreverse a Corregir (textos y secretos del texto bien escrito), Sudamericana, 2009 (