Influencia de la falta de público visitante en el fútbol (con addenda de coeficientes de Gini en ligas nacionales)


En Argentina los últimos torneos jugados "con" visitantes fueron los de la temporada 2012/2013 (inicial 2012 y final 2013) y los la última temporada que acaba de finalizar (inicial 2013 y final 2014) se jugaron "sin" visitantes salvo puntuales episodios donde se apelaba al eufemismo del "hincha neutral" (ver Llach sobre esto acá), o partidos que por sanciones disciplinarias se disputaron sin público, particularidades estas que obviaremos por su menor significación.

Al cortar la asistencia de público visitante a los partidos de primera división en el segundo semestre del año pasado, la AFA potenció el efecto de las localías. Y este "experimento natural" nos sirve para ver en qué medida influía el público visitante asumiendo condiciones de ceteris paribus entre temporadas consecutivas.

La influencia de público visitante se podría explicar por dos motivos: por su influencia en los jugadores y por potencialidad de condicionar fallos arbitrales. Esto es una regla que puede tener muchos contraejemplos. Sin ir mas lejos: uno de los tres o cuatro partidos decisivos fue ganado por un visitante; y lo fue gracias a una jugada erroneamente cobrada en contra del local cuando el partido estaba por terminarse, lo que dio pie a que Funes Mori Gol.

Pero en cierta medida, la falta de público visitante influye. Veamos:






(click aquí si no pueden ver el gráfico)


Como se ve en la segunda sección de barras, el cambio de reglas se refleja del siguiente modo: los locales siguen haciendo la misma cantidad de goles, pero los visitantes han hecho (aprox) un 12 % menos de goles en la temporada.  Una inferencia plausible a la luz de este dato es que la falta de público minoritario que hinche por el visitante afecta específicamente la capacidad ofensiva de estos equipos, aunque no provoca efectos visibles en la capacidad defensiva (si el fútbol fuera más esquemático y encapsulado, uno podría pensar que los delanteros y armadores de juego son más sensibles a la falta de aliento, factor que no parece afectar tanto a los rústicos defensores, aunque esto no es así; en el futbol moderno todos atacan y todos defienden).

En cuanto a la influencia global, podemos avanzar hacia una conjetura más precisa. En la última temporadas que se jugó "con" publico visitante el promedio de victorias locales fue de 41 % (156 partidos sobre 380). En la temporada que ahora terminó, "sin" público visitante, el promedio de victorias locales es de 46 % (176 de 380).

En consecuencia: la ausencia de la hinchada visitante aumenta la posibilidad de que el local gane en cinco puntos porcentuales.

Y, como veremos a continuación, esto está en línea con lo que pasa en otras ligas grandes, en los que la presencia de hinchas visitantes no está prohibida pero suele ser asignada a cuentagotas dentro del estadio, dándole carácter cuasi-testimonial.






(click aquí si no pueden ver el gráfico)

Notable coincidencia internacional en un número específico: los locales ganan el 47 % de los partidos. Después del cambio de reglas, los Torneos argentina parecen converger a esa cifra luego de la prohibición de visitantes. Para hacerla completa, ahora la AFA debería permitir visitantes otra vez, y dejarnos hacer los números, para luego volverlo a prohibir, lo que nos daría nuevos sets de datos y evidencia empírica más robusta (después de todos, tal vez dos temporadas no bastan para ser asertivos en las conclusiones).

En otro orden de cosas, se nos ocurrió medir la "igualdad" de los torneos. Usamos entonces el coeficiente de Gini, que es el que se utiliza para medir igualdad de ingresos en un país determinado, y lo aplicamos a los n-clubes de la tabla. Cuanto más cercano a 0 es el número, mas igualitaria es la distribución, cuanto más cercano a 1, más concentrado es el reparto de puntos a los poderosos. Como se ve, también hay una sorprendente homogeneidad en el índice de Gini entre los torneos extranjeros (tres comparten hasta la tercera décima: 0,197) y es claro que en relación a ellos el fútbol argentino es más igualitario y por ende competitivo (tiene un índice de Gini más bajo).

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Finalmente: ¿Por qué publicamos esto en un blog de derecho?

Invocar libertad de expresión bastaría, pero además, apuntamos entre otras estas tres plausibles razones:

1º, es posible entender que muchas de las cosas que el derecho hace implican diseño de sistemas normativos que pueden traer, o no, consecuencias sobre los resultados; en ese sentido, sabemos que a pesar de que todo el contexto del juego presupone "neutralidad" (mismo número de jugadores, misma cancha, misma pelota, mismas reglas) es consistentemente cierto que a los locales les va mejor por razones extra-normativas (v.g., en el promedio de las cinco ligas aquí consideradas, los locales ganan el 47 % de los partidos, empatan el 22%, pierden el 31%)

2º, es una gimnasia y una disciplina el tratar de respaldar afirmaciones con datos, a la que el Derecho no debe estar ajena.

3º, si les parece que el fútbol es desigualitario, miren los Ginis de la sociedad ahí afuera. Noruega, el campeón de la igualdad, tiene 0,22; España tiene 0,35; Argentina tiene 0,44; Brasil 0,54. Acá, lista de paises por Gini.