El mail que nos llega de Robert Alexy ahora empieza así:
Ich habe klar erkannt schwere taktische Problem der deutschen Mannschaft, aber ich werde von hier enthüllt, damit jeder weiß, um die extreme Verwundbarkeit seiner linken Flanke zu vermeiden verzichten. Auf der anderen Seite, wachsen meine Zweifel an der VerhaltnismaBigkeitsgrundsatz. Ich habe Angst, dass mein Leben zu einem nutzlos und rein abstrakte Theorie gewidmet. Meine letzte Anpassungen der Theorie lassen mir unzufrieden, ängstlich und leer. Es ist nicht unmöglich, dass alles eine Farce und ist daran schuld.
Y como siempre, obviamos esas angustias y pasamos a lo que aquí nos interesa.
Dice Alexy
Un buen análisis del partido puede empezar con esta foto.
TOR! El momento exacto en el que Messi patea en el minuto 93
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No es fácil penetrar a un equipo que literalmente para todos sus jugadores detrás de mitad de cancha (ver mapa de ubicación al lado) y que hace todo excelentemente bien, que pasa 92 minutos al máximo de concentración.
Irán mereció mejor suerte, pero Messi.
Ahora, si vuelven a mirar la foto, verán la evidencia de un problema específicamente argentino que se empalmó con el mérito iraní para casi provocar un milagro en Belo Horizonte. A pesar de que tenía tantos jugadores rivales en el último tercio, Messi no contaba con buenas opciones de pase, con compañeros que se le mostraran. Pateó al arco, de hecho, porque no podía hacer otra cosa.
Pero detrás de eso hay un patrón más general, una constante del partido. Vean este gráfico.
Le he pedido a los minions que trabajan conmigo en el Instituto de Filosofía del Derecho que se fijen cuánto corrieron los jugadores sin la pelota a lo largo del partido. Pueden ver que los argentinos de punta y mediapunta corrieron sin pelota menos de 20 metros por minuto en promedio. Un trotecillo cochinero como dice Manolo Atienza. En partidos de trámite que reputo similar, vean que es muchísimo menos que lo que corrieron los delanteros italianos en Italia - Costa Rica, los alemanes en Alemania - Ghana, los ingleses en Inglaterra-Italia.
Estas penosas cifras se explican un poco por la falta de espacio que generaba el piquete defensivo iraní. Pero también revelan la falta de vocación por el desmarque, el contraanticipo y la conexión activa para abrir opciones al compañero que lleva la pelota. La famosa jugada del primer tiempo detectada por Varsky en la que Gago traslada y toca la pelota siete veces antes de encontrar un pase no es culpa de Gago, sino de los receptores.
En el gráfico anterior también está claro que había otro camino: el que siguieron Palacio y Lavezzi, con números promedio muy superiores a los sustituidos. Esto no significa que ellos deban ser titulares: significa que si los delanteros argentinos no se mueven, todo esquema de ataque es irrelevante (como sostiene JPV). No se trata de tener un equipo bien parado, sino un equipo bien movido, como alguna vez me escribió por mail Roman Iucht confrontándome con los problemas de aplicación en la ponderación.
El problema que veo -en un punto actitudinal, que trasciende lo táctico- es un plantel donde los jugadores (incluso Messi) se enchufan sólo cuando les llega la pelota, y que el resto del tiempo ven el juego como un ruido de fondo. Este es un problema no sólo en ataque, sino también lo será en defensa, cuando haya un equipo que nos agreda y explote los espacios vacíos. Incluso Irán ayer lo logró, con sus limitaciones.
Decir que los espacios no existen es un pretexto autocomplaciente. Los espacios también se pueden fabricar. No te quedes esperándola al pie. Make it happen. Así en el fútbol como en la vida.
Abrazo de gol,
Robert Alexy