¿Conocen la historia de cuando un periodista, un civilista, un procesalista y un penalista iban viajando en tren de Londres a Glasgow?
Cuando cruzan la frontera con Escocia, lo primero que ven es una oveja negra, y el periodista dice: "¡Qué notable! En Escocia todas las ovejas son negras".
El civilista lo refuta: "No es verdad' -dice- 'en realidad se trata de un caso particular, quizá excepcional a la regla, que sólo nos permite decir que en Escocia algunas ovejas son negras. Luego depende, habrá que ver caso por caso".
"Lo único indudable -terció el procesalista- es que en Escocia hay al menos un campo que tiene al menos una oveja que tiene al menos uno de sus lados de color negro".
"Ustedes están saltando hacia conclusiones apresuradas" -concluyó el penalista. "Con lo que vemos hasta ahora todavía debemos asumir que esa oveja negra es blanca, porque nadie ha podido probar que no tiene el otro lado de color blanco".
No recuerdo cuando leí la versión original de este chiste. Los protagonistas eran, en orden de aparición en el diálogo, un astrofísico, un matemático y un lógico (creo). El penalista como cuarta fase es una de las variaciones jurídicas, que yo mismo he hecho incluyendo administrativistas, constitucionalistas y secretarios relatores de tribunales de alzada (que aparecían diciendo "yo no veo ninguna oveja, se trata de una cuestión de hecho y prueba, no de derecho").
El chiste, explained:
- El periodista es quien más ingenuamente suele pensar (con un mix de desconocimiento y vocación de darle noticiabilidad al asunto) que cada caso nuevo marca una "nueva doctrina", "sienta precedente", o "fija jurisprudencia".
- A veces el periodista es reemplazado por el constitucionalista, que al ver las cosas a un nivel alto de abstracción, también suele tender a sobre-estimar el alcance y la aplicabilidad de determinados fallos (porque los ve con lógica constitucional, no legal).
- Otras ramas -como la del derecho tributario y del derecho civil- son por su naturaleza eminentemente casuística más propicias para el análisis más escrupuloso del caso, y son más exigentes al momento de asumir como lege lata una doctrina cualquiera en tanto exista la posibilidad de replantear nuevos casos similares con particularidades distintivas.
- La "deformación" profesional extrema se da en los procesalistas, que tienen más interés en escrutar las aristas -formales- que son más reluctantes a la sistematización.
Los dos tipos de errores
El error periodista es el de generalizar: dar por sentada la "nueva jurisprudencia" cuando no la hay. Es un error tipo 1, un falso positivo.
El error procesalista es el de no reconocer una nueva jurisprudencia cuando esta ya existe. Es un error tipo 2, un falso negativo. Esta interpretación errónea -no como error, sino como estrategia- es canónica entre los funcionarios gubernamentales que tienen que comentar un fallo que es adverso a sus intenciones o posturas. Es invariable que en tal caso dirán: no es que en Escocia todas las ovejas sean negras, es que hemos visto una que aparentemente tiene un lado negro.
Cuando cruzan la frontera con Escocia, lo primero que ven es una oveja negra, y el periodista dice: "¡Qué notable! En Escocia todas las ovejas son negras".
El civilista lo refuta: "No es verdad' -dice- 'en realidad se trata de un caso particular, quizá excepcional a la regla, que sólo nos permite decir que en Escocia algunas ovejas son negras. Luego depende, habrá que ver caso por caso".
"Lo único indudable -terció el procesalista- es que en Escocia hay al menos un campo que tiene al menos una oveja que tiene al menos uno de sus lados de color negro".
"Ustedes están saltando hacia conclusiones apresuradas" -concluyó el penalista. "Con lo que vemos hasta ahora todavía debemos asumir que esa oveja negra es blanca, porque nadie ha podido probar que no tiene el otro lado de color blanco".
-----
No recuerdo cuando leí la versión original de este chiste. Los protagonistas eran, en orden de aparición en el diálogo, un astrofísico, un matemático y un lógico (creo). El penalista como cuarta fase es una de las variaciones jurídicas, que yo mismo he hecho incluyendo administrativistas, constitucionalistas y secretarios relatores de tribunales de alzada (que aparecían diciendo "yo no veo ninguna oveja, se trata de una cuestión de hecho y prueba, no de derecho").
El chiste, explained:
- El periodista es quien más ingenuamente suele pensar (con un mix de desconocimiento y vocación de darle noticiabilidad al asunto) que cada caso nuevo marca una "nueva doctrina", "sienta precedente", o "fija jurisprudencia".
- A veces el periodista es reemplazado por el constitucionalista, que al ver las cosas a un nivel alto de abstracción, también suele tender a sobre-estimar el alcance y la aplicabilidad de determinados fallos (porque los ve con lógica constitucional, no legal).
- Otras ramas -como la del derecho tributario y del derecho civil- son por su naturaleza eminentemente casuística más propicias para el análisis más escrupuloso del caso, y son más exigentes al momento de asumir como lege lata una doctrina cualquiera en tanto exista la posibilidad de replantear nuevos casos similares con particularidades distintivas.
- La "deformación" profesional extrema se da en los procesalistas, que tienen más interés en escrutar las aristas -formales- que son más reluctantes a la sistematización.
Leisurely Fires |
Los dos tipos de errores
El error periodista es el de generalizar: dar por sentada la "nueva jurisprudencia" cuando no la hay. Es un error tipo 1, un falso positivo.
El error procesalista es el de no reconocer una nueva jurisprudencia cuando esta ya existe. Es un error tipo 2, un falso negativo. Esta interpretación errónea -no como error, sino como estrategia- es canónica entre los funcionarios gubernamentales que tienen que comentar un fallo que es adverso a sus intenciones o posturas. Es invariable que en tal caso dirán: no es que en Escocia todas las ovejas sean negras, es que hemos visto una que aparentemente tiene un lado negro.