Alberto Bovino, Con estos jueces no hay Derecho, Editores del Sur, 2019, 263 págs.
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Iconoclasta y prócer a la vez, Alberto Bovino, master en leyes, desertor de la marina, perito en derecho penal, militante de derechos civiles de gordos y fumadores, mecenas editorial con la exquisitas ediciones de "Editorial Del Puerto", pionero en el bloguismo jurídico argentino y por qué no hispanoparlante.
Bovino -quje aclaro, es amigo de la casa- tiene niveles de lucidez y grados de libertad inusuales, prácticamente inexistentes, en el solemne y pomposo mundillo académico y profesional.
No todo el mundo (especialmente los jóvenes) saben el origen del nombre del blog de Bovino, que hoy es libro: Bovino fue el mentor/director/editor de No hay Derecho, una revista extraordinaria del primer lustro de los 90. Extraordinaria es un adjetivo desgastado por el tiempo, pero No hay Derecho lo era en serio. combinaba en parejas dosis la pasión fanzine con una estética disruptiva, con un sentido del humor exquisito, y por supuesto sin dejar de mencionar el rigor académico (NHD fue el plató en donde se fue dando en entregas el sugestivo debate Nino - Zaffaroni entre 1991 y 1993, episodio que ameritaría su post propio). Si encuentran una No hay Derecho en librerías de viejo, cómprenla. Se las identifica fácilmente por su tamaño, símil al del diario sábana pero con tapas de cartón, imposibles de acomodar en cualquier revistero o biblioteca.
Hasta ahora hablamos del autor, ahora hablemos del libro que lleva la inscripción subtitular de "Volumen I" dándonos a entender que habrá más de uno.
El libro de Bovino, hijo del blog, pero editado de modo que agrupa temáticas con vasos comunicantes claros, es super entretenido para leer y funciona en tres dimensiones: la doctrina, la crónica, la jurisprudencia. Veamos.
- Hay cosas que ya hemos leído en el blog, pero lo escrito en papel tiene una contundencia, un espesor, que supera en mucho a lo que sale en pantalla. En letras de molde lucen tremendamente sólidos sus ensayos mas "dogmáticos" i.e de derecho, con sus embates a la forma en que se aplica la prisión preventiva.
- Lucen más vívidos en el papel sus entrañables recuerdos personales (nunca miraremos el balcón de la Corte IDH sin pensar en Bovino detenido allí, proponemos en este acto que ese balcón reciba el nombre de "Alberto Bovino"), incluyendo semblanzas de profesores, colegas, y una historia mínima de No hay Derecho (la revista). Le he dicho a Bovino que debía escribir una autobiografía, y acá hay una hendija en lo que eso podría ser.
- Hay pequeñas postales muy reveladoras que pintan aldeas pero también mundos jurídicos: el juicio por el robo de un pebete, el recurso de casación por un juez dormido, las tribulaciones para sacar fotocopias de un expediente, los casos que se tramitan con carpetas atadas con piolines. Una mirada candorosa y por tanto reveladora de muchas escenas recurrentes del teatro del absurdo judicial.
El libro es jurídico en su núcleo, pero también admite una mirada de un antropólogo, de un explorador de planetas. Bovino dice "con estos jueces", pero detrás de una pluma que siempre mantiene un fondo de sobriedad y circunspección, vemos que las máscaras tienen libretos astrales comunes, y hay todo un mundo abierto de prácticas que son estructurales, en el que estamos tan inmersos -y en parte protegidos, y condicionados, por nuestras propias máscaras- que conviene que los veamos por escrito para darnos cuenta.
Altamente recomendado como lectura vacacional, y ferial.
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Posdata no vinculante. Aparte del de Bovino, vemos que EdS tiene una linda colección de libros modelo 2018, pueden verlos y comprarlos acá.