La Pelota.
Primero conquista América (por penales, obvio) ganándole al Palmeiras de visitante, y más tarde Boca domina el mundo el 28 de noviembre: un sublime Riquelme y un flamígero Palermo se asocian para ganarle a los galácticos del Real Madrid. Ese partido tuvo un detalle: fue codificado y Victor Hugo Morales inventó el futbol libre de aquella época dejando prendido un televisor que pasaba la transmisión de PSN (¿se acuerdan de ese canal?) en prominente espacio de la escenografía del noticiero que conducía.
También hubo juegos Olímpicos. Argentina saca tres medallas de vela y una de hockey: fue la gala estreno de Las Leonas originales (Rognoni,Aicega, Antoniska, Karina Masota, Vanina Oneto, y una joven Luciana Aymar).
Las artes.
Es el momento cenital de Britney Spears, que saca Oops I did it again. Y el año en que nos deslumbró Eminem con un disco surtidor de hits: Stan, The Way I Am, The Real Slim Shady.
Calamaro trabaja literalmente a destajo y saca El Salmón, un disco ¡quíntuple! Cosas que ya no se hacen en estos tiempos.
En el cine vemos dos grandes películas: el Gladiador de Ridley Scott, y una película jurídica muy buena llamada Erin Brockovich. También está muy, pero muy bien, Felicidades, de Lucho Bender, una pelicula navideña melanco y existencialista.
Pero hay dos obras maestras que maridan mucho con el signo de época en Argentina.
Una es la ya canónica Nueve Reinas de Fabián Bielinsky.
Y la otra es una serie que todos miraríamos veinte años después, la gloriosa Okupas.
El mundo.
El 5 de mayo se produce la conjunción estelar de todos los astros conocidos en la antigüedad: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, la Luna y el Sol. No pasó nada: los astros no influyen en nuestra vida.
Fujimori había sido reelecto en junio para lo que sería su tercer período. Vean el excelente documental The Fall of Fujimori (Ellen Perry, 2005). Será breve: en septiembre se descubren los vladivideos. Acosado por denuncias de corrupción y de lesa humanidad, se va de viaje diplomático a Brunei. De ahí se va a Japón y renuncia por fax a la presidencia (no se la aceptan, y el Congreso lo destituye por incapacidad moral). Fin de una era. No vaya a ser que venga otro Fujimori. U otra.
El hecho político del año (G. W. Bush le gana la elección a Al Gore) tiene un coletazo jurídico: la Corte Suprema de allá se tira encima de la bomba del recuento y los cruciales electores de Florida quedarán en manos de los republicanos.
El 31 de diciembre termina oficialmente el siglo XX, pero a la gente lee gustan los números redondos y ya lo había despedido el año anterior. Igual el Siglo XX sigue vivo, al menos mientras esté entre nosotros la señora Mirtha Legrand.
Argentina
¿Se acuerdan del grupo Sushi?
El 29 de julio se sword René Favaloro dejando una carta final flamígera contra el sistema.
A De la Rúa se le mueve el piso por todos lados. La economía no engrana, la convertibilidad cruje, y surgen escándalos de corrupción en el Congreso. El 6 de octubre, la bomba: renuncia el vicepresidente Chacho Álvarez.
Luego de una confusa sucesión de episodios, bien contada en esta larga nota de Martin Kanenguiser, a fin de año se anuncia el Blindaje, que nos pondría a salvo de cualquier zozobra. "Qué lindo es dar buenas noticias".
Argentina
El tema venía disperso así que hice votación en la red antes conocida como tuiter. Esto daba el boca de urna ya totalmente representativo.
Veamos el descarte primero y la elección popular después.
El fallo de la Corte fue un rechazo unánime y le dejó el problema abierto a De la Rúa, que tuvo que saldar con conmutación de penas dictada el 29 de diciembre. En modo corte de rostro, la mayoría dijo que "la admisión de la petición aquí esgrimida constituiría la transgresión de un principio de raigambre constitucional, cual es el de la cosa juzgada, pilar fundamental sobre el que se asienta la seguridad jurídica".
En disidencias separadas estaban Fayt y Petracchi, que propiciaban atender el recurso para asegurar la instancia doble que Argentina no les había dado a los acusados.
Como contexto, este fallo sale un día jueves, se conoce a la tarde, y esa noche va el presidente Fernando De la Rúa al programa de de Marcelo Tinelli a saludar. Su errático comportamiento en cámaras queda aderezado con una confrontación de un manifestante que se había filtrado, siendo el presidente defendido por el Oso Arturo. En ese momento el Ejecutivo tenía muchos problemas, y uno de ellos pasaba por prenderle velas a la Corte para que resolviera el asunto: no sucedió.
"González de Delgado" es un caso muy importante. Una madre había hecho un amparo para objetar el cambio del tradicional Colegio Montserrat (el CNBA de Córdoba, pero con esteroides, fundado en 1687 por Ignacio Duarte y Quirós) que permitió el ingreso de mujeres (hasta 1998 solo podían hacerlo varones). Este amparo no era una esquirla suelta, sino la proyección judicial de un conflicto que efectivamente sucedió, con tomas del Colegio por parte del alumnado que no quería contaminar su tradición con gente del sexo femenino.
Hay un núcleo de la Corte que se remite al procurador, y un archipiélago de votos que llegan a la misma conclusión de rechazar el anacrónismo de la educación segregada por género, de los cuales el más lindo sea probablemente el de Petracchi, que dirá que la Universidad de Córdoba:
no sólo ha actuado como órgano competente dentro de la esfera de sus atribuciones, sino que, más aún, ha removido un valladar discriminatorio -que hoy resulta moral y jurídicamente abominable- que impedía la plena participación de las jóvenes cordobesas en la vida educacional y cultural de su provincia.
En fin, no sigo buscando alternativas porque si no voy a pensar que tal vez el pueblo se equivoca al votar.
Así que vamos con "Asociación Benghalensis". Mi sensación primera fue que no debía poner en la lista un fallo en el que la mayoría de la Corte no habla con voz propia sino que se remite al dictamen del Procurador. Pero está bien: ello nos da la oportunidad para que aparezca en la foto de esta saga el importante rol que tienen los dictámenes de la Procuración (Nicolás Becerra en este caso), no vinculantes para la Corte, pero que fijan un borrador del caso que la Corte a veces manda a imprimir como definitivo.
En resumen, Benghalensis era un "consorcio" de ONGs que demandaba que se proveyera de medicación (antiretrovirales) a enfermos de VIH. La cuestión estaba legislada genéricamente desde 1990 en la Ley de Lucha contra SIDA 23.798, lo que le da base normativa a la Corte para aceptar el pedido.
La Corte además deja una indicación que fija al Estado Federal como específicamente responsale (aunque sean los los Estados locales quienes distribuyen reactivos y medicamentos) pues le asigna como Autoridad de Aplicación Nacional la responsabilidad de garantizar el cumplimiento de la ley en todo el país (más allá de "la que, ante aquél, le cabe a las jurisdicciones provinciales o instituciones privadas -obras sociales o sistemas de medicina pre-pagos-"). Esto se teorizaría como el "rol de garante" del Estado Federal, y sería una idea que quedaría instalada en la materia.
Fue sacado sin traumas mas allá del núcleo adherente al dictamen. Moliné y Boggiano hacen voto conjunto, y Vázquez uno propio, todos en sentido concurrente. Y Nazareno, Fayt y Petracchi hacen la desestimación express que la Corte tiene autorizada por el art. 280, pero adviértase que su "disidencia" es solo nominal: el resultado práctico era que quedara confirmada la sentencia.
"Benghalensis" es de junio, y en octubre saldría "Campodónico de Beviaqua", que aplica la misma lógica de prestación del Estado en derecho a la salud al amparo presentado por la madre de un niño que requería medicamentos para el tratamiendo de una enfermedad en la médula ósea. En lo sucesivo, "Benghalensis" y "Campodónico" darán lugar a una cadena de fallos que abrieron la canilla del derecho a la salud (especialmente por amparos) en la jurisprudencia de la Corte, y por carácter transitivo ampliaron el horizonte de litigación (y de decidibilidad) de derechos económicos, sociales y culturales.
Vox populi, Vox Dei: aunque parezca humilde, el más importante de los fallos del año 2000 fue éste, un fallo millenial que nos decía que había en juego una nueva generación de derechos.